Informe

Niños con VIH Sida e insuficiencia renal pugnan por un derecho humano

El alto costo del tratamiento en niños que padecen del VIH Sida e insuficiencia renal y la pobreza que sufren estos pacientes exigen una estrategia de política de salud que subsidie su atención, debido a que su ausencia podría ocasionar la muerte de estos pequeños.

¡Las familias y la sociedad en su conjunto demandan con urgencia la intervención estatal!

El VIH Sida en los niños

En el Perú, el primer caso de Sida en un menor de edad se reportó en el año 1989 en el Instituto de Salud del Niño. A partir de aquel entonces, el índice ha ido en aumento, sin que las autoridades de turno puedan hacer frente a este terrible mal que campea en la humanidad.

En diciembre de 2001, el Ministerio de Salud anunció que atendería gratuitamente con medicamentos antirretrovirales a los niños que padecían este mal. El Gobierno, con el DS Nº236-2001-F, aprobó «la liberación del pago del Impuesto General a las Ventas y de los derechos arancelarios» a los medicamentos antiretrovirales VIH/Sida. De los 150 niños registrados con este mal, tan sólo 50 iniciaron el Tratamiento Antirretro Viral (TARV), de los cuales 17 ya fallecieron.

Desde septiembre del año pasado, se inició la tan esperada terapia retroviral, dentro de lo que actualmente se denomina Componente de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida (CETSS). En el Instituto de Salud del Niño se atiende escasamente a 36 menores de edad (sumados 13 a los 23 del año anterior), encontrándose a la espera otros 100 niños que sólo pueden ser atendidos en caso de complicaciones bacterianas, micóticas, etc., siendo este nosocomio el que alcanza el mayor número de infectados; mientras que en el hospital Loayza se atiende a 15. El hospital Cayetano Heredia empezó a atender este año hace un par de meses; sin embargo, por falta de presupuesto tuvo que suspender la atención.

El costo promedio para el tratamiento antirretroviral es de aproximadamente mil nuevos soles por paciente, dependiendo de la marca del producto, cuya elección se deja a libertad de las direcciones de los hospitales. El Nuevo Modelo Integral de Salud (MAIS) no cubre la demanda de esta enfermedad, lo que, una vez más, demuestra el estado de desfinanciamiento y fracaso de este modelo.

Al no contar con financiamiento para el CETTS, cuyos fondos provienen del Tesoro Público, se recurre a los fondos del Seguro Integral de Salud (SIS), destinado para otros fines, y ni aun así se logra atender a todos los pacientes.

Si bien es cierto que a los niños que reciben el tratamiento no se les curará la enfermedad, al menos tienen la oportunidad de mejorar su calidad de vida, lo que no sucede con otros niños infectados y que están a la espera, recrudeciendo así el drama de estas familias que acuden continuamente con la esperanza de una buena noticia.

Otro aspecto que refleja la situación en que se encuentra la niñez que sufre este mal es que no existe, como es en el caso del Instituto de Salud del Niño, un lugar exclusivo para las consultas, observándose que es un espacio donde son tratadas todo tipo de enfermedades infecciosas, lo que hace peligrar mucho más la salud de los menores infectados con el VIH Sida, pues, al tener menos defensas que los niños normales, son más vulnerables.

Control de gestantes

La prevención, como parte del control prenatal, es otro aspecto que debe tenerse en cuenta para que no siga en aumento este mal, y esto tiene que ver directamente con las madres gestantes, para evitar la transmisión vertical, ya que la mayoría de niños contrajeron el mal por transmisión de sus progenitoras. No todas las mujeres en gestación son evaluadas con la prueba de Elisa, por diferentes factores. Actualmente se viene entregando gratuitamente a las gestantes portadoras la Zidovudina, para evitar que los niños padezcan el mal.

Se está a la espera de que el Ministerio de Salud reciba 23 millones de dólares, aproximadamente, de la organización Fondo Global, entidad mundial que maneja tratamientos para enfermos de Sida y tuberculosis. Con este apoyo se reducirían los costos del tratamiento hasta un 60% por cada caso. Esta suma, que será entregada al Perú en un período de 5 años, será destinada en parte para el tratamiento antirretroviral a las madres gestantes.

Insuficiencia renal en los niños

El tratamiento para la insuficiencia renal en los niños es otro vía crucis, que el actual sistema de salud no puede hacer frente. La hemodiálisis es un tratamiento costoso que se viene financiando a través del Seguro Integral de Salud (SIS) y que corre el riesgo de ser excluido, debido a que las autoridades del sector no se han pronunciado acerca de la posibilidad de prorrogar la inclusión de este tratamiento dentro de lo que cubre el mencionado seguro, que es subsidiado por el Estado.

De esta forma, alrededor de 50 niños con insuficiencia renal crónica terminal podrían quedar desantendidos al no recibir este tratamiento. Su suspensión por unos días podría colocar en grave riesgo la vida de estos pequeños.

A la espera

En el 2002, el Poder Ejecutivo emitió el D.S. N° 003 SA, que estableció que las coberturas del Seguro Integral de Salud excluían el tratamiento de la insuficiencia renal crónica terminal. El Ministerio de Salud promulgó la Resolución Ministerial N°1014, que incluyó el tratamiento de diálisis y hemodiálisis para estos menores por un plazo que venció en el 2002, pero que se mantendrá hasta el próximo 31 de diciembre de este año, mediante carta de compromiso.

Finalizando el año, nos preguntamos ¿qué será de estos niños y estas familias?, ¿en qué incertidumbre tienen que vivir?, ¿de qué dependerán sus vidas?, ¿qué hace el ministro de Salud, que no toma las medidas respectivas para solucionar este grave problema? Se está batallando para que el Ejecutivo apruebe, de una vez por todas, el decreto supremo de inclusión definitiva y, de esta manera, se restituya el derecho a la salud de estos menores.

Queda al Gobierno peruano aplicar una política de salud coherente para hacer frente a los problemas que afectan a nuestra población, en este caso a nuestros niños, que en su mayoría provienen de familias empobrecidas, reconociendo además el fracaso y la improvisación, como producto de intereses creados, ajenos a las necesidades del país. Una realidad a la que nadie puede mirar soslayadamente y mucho menos cerrar los ojos.

Punto de vista

Un derecho que no llega

El derecho a la salud es parte de los derechos humanos. Los médicos tienen la impresión de que todo el mundo tiene la misma percepción sobre el derecho a la salud. Lamentablemente, eso no es así. Por ejemplo, ¿cuál es la percepción del ministro de Salud cuando afirma que no hay dinero para cubrir todas las necesidades de salud de la población?, ¿es un mea culpa para justificar la muerte de niños y adultos de enfermedades curables? o, al contrario, ¿se referirá sólo a los aspectos de promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades?

Los funcionarios del gobierno actual aplican una ética social al margen de las personas en concreto. Les interesa hacer el mayor bien al mayor número de personas y rechazan la ética médica, que obliga a hacer el bien a todas las personas. Reconocen abiertamente que un número de personas no tengan acceso a tratamientos médicos y clamen por el desamparo en que se encuentran y, finalmente, mueran.

Es más, en la elaboración de los lineamientos de política de salud y en la formulación de los programas y proyectos de intervención en salud se usan, en modo corriente, los conceptos de inclusión, exclusión y de costo-beneficio.

El Gobierno se preocupa en diseñar estrategias de subsidio para la población más pobre que cubran el costo de las enfermedades más comunes y baratas con el deseo de favorecer al 80% de la población más pobre. ¿Qué sucede con el 20% que adquiere enfermedades poco comunes y caras?.Es una cifra calculada y esperada de muertes que ocurren aunque sean evitables. Los médicos saben que eso es eutanasia social pasiva.

Los galenos peruanos han sido formados bajo los principios de la ética médica y rechazan estos argumentos utilitaristas. Claman y protestan cuando tienen enfrente un paciente, cualquiera sea su condición, por recursos para su atención y recuperación. No existe felizmente un médico que no sea funcionario que se vanaglorie con la muerte de un semejante por ser considerado como «excluido».

La profesión médica, la población, los pacientes y las organizaciones de derechos humanos tienen una agenda pendiente en el tema de la salud; por ello, la Asociación Médica Peruana los invita a reflexionar y participar en la defensa del derecho a la salud de todos los peruanos. Y cuando decimos todos, nos estamos refiriendo a un concepto profundamente ético.