Escenario médico

El SOAT médico un seguro contra los pobres

Estamos en pleno debate con relación al seguro de responsabilidad médica aprobado por el Congreso, presentado por el congresista Amprimo e impulsado por aseguradoras privadas, que a pesar de manifestarse intencionalmente poco en los medios de prensa, reconocemos su intenso trabajo de marketing. Semana tras semana han estado realizando una estrategia no ética contra la profesión médica, para lograr una polarización maquiavélica entre los médicos y la población.

Sobre las aseguradoras privadas, es necesario hacer una profunda reflexión. Es conocido que después del atentado del 11 de setiembre en Nueva York, los pagos por indemnización realizados fueron cuantiosos, por las enormes pérdidas ocurridas en vidas humanas, la destrucción de propiedades e inmuebles, aviones, etc. Por ejemplo, si uno ingresa por Internet a las diferentes revistas de seguros a nivel internacional, rápidamente se dará cuenta de dos cosas: los inmensos desembolsos que estas grandes aseguradoras han tenido que realizar y, en segundo lugar, las nuevas estrategias emprendidas para recuperar el dinero perdido (creación del SOAT vehicular y los seguros de responsabilidad médica obligatorios).

¿Existe en toda Latinoamérica un Seguro Obligatorio de Responsabilidad Médica?, ¡no!. En ningún país. Tampoco en aquellos que están en mejores condiciones económicas que nosotros; entonces, ¿por qué se quiere imponer un seguro obligatorio de este tipo? Por lo siguiente:

El Perú es un país que tiene sólo un 10% de toda la población en los niveles socioeconómicos A y B, que representan casi a 450,000 familias y, lamentablemente, son las únicas que pueden acceder a un seguro de atención médica.

En estos últimos años, las Empresas Prestadoras de Salud (compañías aseguradoras) no han podido crecer a pesar de todos sus esfuerzos, porque ya han alcanzado el tope de las familias de los grupos socioeconómicos A y B aseguradas.

La mayoría de médicos, así como los propietarios de las diferentes clínicas, coinciden en rechazar las barreras que se han ido creando para la atención de los pacientes de las aseguradoras privadas. Por ejemplo, los copagos (pagos adicionales al momento de la atención médica) se han incrementado progresivamente. Además, se viola el principio de libre elección, es decir, el principio fundamental de los derechos del paciente, que permite escoger a su médico, y esto a pesar de pagar un seguro.

Peor aun, el paciente es discriminado en las atenciones de salud en relación al monto del pago que realiza, al obligarlo a acceder a una atención médica sólo en determinados ámbitos geográficos. Finalmente, advertimos que las clínicas se encuentran en situación de crisis económica, porque estas aseguradoras no reembolsan la totalidad de los servicios prestados.

Los médicos no podemos ni debemos poner en riesgo a los pacientes para ofrecer sólo un mínimo en análisis, procedimientos y medicamentos, aunque sepamos que las aseguradoras no nos van a reembolsar. ¿Pero actualmente quién defiende a las clínicas, a los médicos y a los pacientes enfrentados por estas reglas de juego netamente económicas implantadas por los seguros?

Con relación al Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT), muchos de los pacientes son sacados de las clínicas por los brokers de seguros y llevados a los hospitales públicos, donde los médicos atienden a los pacientes con muchas limitaciones, pero estas aseguradoras tampoco reembolsan a los hospitales por los gastos realizados a los 10 días, como manda la ley, sino después de 2 meses y casi nunca por los montos totales.

Finalmente, debemos recordar que Indecopi tiene un proceso abierto contra las aseguradoras del SOAT vehicular por concertación de precios y, además, que en el lapso de un año han incrementado sus primas de 70 dólares a 90 y, actualmente, a 100 dólares.

Señoras, Señores ¿es a estas mismas aseguradoras (el mismo grupo empresarial privado) a las que nosotros vamos a confiar el pago de todas las indemnizaciones de los peruanos por negligencia médica, sabiendo desde ya que es difícil demostrarla dentro del gran universo de la negligencia sanitaria? ¿La Asociación de Protección de Usuarios y Consumidores puede hacer algo al respecto? La población peruana, especialmente la de más escasos recursos, necesita protección contra los intereses de estas poderosas compañías aseguradoras y no al contrario. ¡Los pobres necesitan verdaderos defensores!

Por Dra. Flora Luna Gonzales
Presidenta electa de la AMP para 2004-2005