Informe

Hospitales de la solidaridad: una bomba de tiempo para médicos pacientes

Los Hospitales de la Solidaridad ubicados en distintos puntos de Lima , de ninguna manera son una alternativa a otros servicios de salud, porque no reúnen las condiciones que las normas de salud exigen; atentan contra el derecho a la salud de los peruanos y contra la profesión médica. Si los pobladores acuden a ellos es porque desconocen las condiciones mínimas para una atención médica, porque la crisis por la que atraviesa el país conduce a los más desprotegidos a olvidar sus derechos, a no exigir que sean respetados y a creer a ciegas en utopías. ¿Acaso la salud de los peruanos puede ser usada para publicitar una imagen, para asegurar adeptos, para hacer proselitismo político?

Una señorita vestida de blanco sale a nuestro encuentro muy amablemente: ¿en qué podemos atenderlos?, brindamos todos los servicios: ginecología, oftalmología, obstetricia, psiquiatría, cardiología; también cirugías reconstructivas...y si necesita análisis o radiografías, también se hacen acá. Decidimos comprobarlo nosotros mismos. Y claro, era cierto, en los llamados buses médicos más de 21 especialidades son ofrecidas al público que acude diariamente de 8: 00 a.m. a 8:00 p.m.

Quienes acuden a estos buses médicos lo hacen porque encuentran todos los servicios juntos, los precios son bajos entre 4 y 5 soles la consulta, a excepción de odontología, que está a 2 soles, y están al alcance de la población más empobrecida que no cuenta con seguro médico, y porque, claro, una avalancha publicitaria ha entrado a sus hogares para convencerlos de que este servicio de salud es muy bueno, que la solidaridad llega en buses, que «la mejor y más rápida atención a bajos costos y sin ser asegurados» la brindan los Hospitales de la Solidaridad de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Inclusive, algunos medios de comunicación están totalmente convencidos de que así es y no escatiman esfuerzos en difundir sus bondades.

Lo que resulta inconcebible es la forma cómo se desarrollan las actividades médicas en estos buses refaccionados, estrechos, revestidos en su interior con aluminio, con una ventilación deficiente, a pesar de la presencia de ventiladores, más aun en estas épocas de calor; las instalaciones de agua y desagüe y luz son deficientes. Las condiciones en que se realizan las atenciones son patéticas, poniendo en riesgo no sólo la salud e integridad de los pacientes y del vecindario, sino también la imagen y credibilidad de los médicos.

«Los servicios de rayos x deben presentar una serie de condiciones que los hospitales solidarios no reúnen, por ejemplo: estos ambientes deben ser revestidos con capas de plomo, con una construcción sanitaria especial, mientras que los trabajadores deben portar distintivos de absorción de radiación», se refirió al respecto el Dr. Héctor Ñaupari Villanueva, médico de la clínica San Juan, ubicada en el distrito de Independencia.

EN JUEGO LA CREDIBILIDAD DE LOS MÉDICOS

En los últimos tiempos, los medios de comunicación han denunciado casos diversos de supuestas negligencias médicas, la mayoría de las cuales son injustificadas, obedeciendo en gran parte a las condiciones laborales inadecuadas en que se ejerce la labor médica, poniendo en duda la confiabilidad del acto médico. Es evidente que, en los llamados Hospitales de la Solidaridad, los riesgos para los médicos son mayores; por lo tanto, su confiabilidad pende de una cuerda floja.

En duda no está el ejercicio profesional de los médicos, ya que la mayoría tiene experiencia porque trabajan en otras instituciones del Estado.Los médicos, por la situación económica, se ven obligados a laborar en dos lugares del Estado, sin tener en cuenta que esto no está permitido por la ley; y con el riesgo de ser obligados a devolver todo lo percibido por honorarios profesionales. Trabajar en condiciones inadecuadas representa una falta para el Código de Ética del Colegio Médico y una transgresión al Art. 6 del Reglamento del Trabajo Médico.

OPERACIONES A LA ORDEN DEL DÍA

Veamos un caso. Cuando pensamos en una operación de hernia, inmediatamente vienen a nuestra mente instrumentales, asepsia absoluta y, por supuesto, un período de recuperación, en un lugar adecuado, con los cuidados necesarios para evitar posibles complicaciones, y no es que la operación de hernia sea de riesgo extremo, pero, como toda intervención quirúrgica, requiere de un mínimo de cuidados. Sin embargo, en los Hospitales de la Solidaridad, después de una operación de hernia, el paciente citado a las 8: 00 a.m. se retira a su hogar a las 4:00 p.m

En el Hospital de la Solidaridad de San Juan de Lurigancho, un cartel ponía en evidencia la sala de recuperación, al costado mismo de la sala de operaciones. El nombre hacía pensar a cualquiera en un lugar ventilado, apacible, con camas donde los pacientes se recuperan de una intervención quirúrgica. Sin embargo, lo que se observaba era un espacio toldeado, con sillas, donde nada hacía suponer que allí podría recuperarse algun enfermo. Allí, los parientes esperaban que sus familiares sean operados para llevarlos inmediatamente a sus hogares. El Hospital de la Solidaridad de San Juan de Lurigancho ya no existe. La presión de los vecinos, autoridades municipales y de la Asociación Médica Peruana aceleraron su salida.

Sin embargo, todavía existen los Hospitales de la Solidaridad donde se realizan intervenciones en los medibuses: cirugías reparadoras y reconstructivas, cirugía pediátrica, laparoscópica y un largo etcétera que pone en tela de juicio el Programa Metropolitano de Centros Médicos Municipales. Esta forma negligente e irresponsable de ofrecer estos servicios deja entrever que el tema social es lo que menos motiva a quienes han diseñado esta política de salud.

LA REACCIÓN DE LOS VECINOS

El Hospital Solidario del distrito de Independencia se instaló en abril del año pasado en el Km. 6 y ½ de Túpac Amaru, en el lugar de una alameda que los vecinos han cuidado y preservado por ser el área verde más grande del distrito. La protestas no se hicieron esperar: «Los medibuses no contaban con buenas instalaciones de agua y desa-güe, pues habían sido instalados superficialmente, originando filtraciones contaminantes; nos preguntábamos a dónde iban los deshechos », aseveraron los vecinos.

LA COMISIÓN DE SALUD DE LA COMUNA DE INDEPENDENCIA

El Dr. Rodolfo Quesada Varas, regidor de la Municipalidad de Independencia y miembro de la Comisión de Salud, conjuntamente con la Comisión de Desarrollo Urbano, emprendieron una investigación que concluyó con la denuncia respectiva.

Según el informe elaborado por la Gerencia de Desarrollo Urbano de esa comuna, las instalaciones sanitarias requirieron de dos cajas de agua adicionales y una caja de desagüe en la vereda colindante. Las tuberías, tanto de agua como de desagüe, mayormente se encontraban expuestas. Inclusive, para proteger los tubos de desagüe ubicados sobre la pista secundaria, se asentaron ladrillos, a modo de ducto, alterando la carpeta asfáltica.

En lo que respecta a las instalaciones eléctricas, se colocó una llave termomagnética en la torre de media tensión de donde partía el cableado hacia todas las áreas de la clínica, con cables expuestos. El informe señalaba, además, que en algunas zonas las tuberías de agua no habían sido bien selladas, por lo que filtraba agua, pasando paralelas y muy próximas a cables de energía eléctrica, pudiendo transmitirse la corriente a través del agua. Como consecuencia, se concluyó que sí existía perjuicio.

BASTA DE HACER POLÍTICA CON LA POBREZA

El alcalde distrital Yuri Vilela dispuso el retiro de los buses que, por otro lado, no contaban con permiso para instalarse. Sin embargo, existen aún otros Hospitales de la Solidaridad que, como hemos visto, no responden a las necesidades reales de la población de menos recursos; en cambio, su fin político marquetero se hace cada vez más evidente.

Queda a las autoridades competentes velar por el bienestar y la salud de la ciudadanía.

Urge una inspección

La Asociación Médica Peruana hace un llamado a la Fiscalía, Colegio Médico, Ministerio de Salud e Instituto Nacional de Energía Nuclear para que realicen la verificación de las normas que los Hospitales de la Solidaridad estarían violando.
*Código Penal: artículos N° 125, 128, 281, inciso 1, 283.
*Reglamento de Seguridad Radiológica: D.S. N° 009-97-EM,artículos 9, 26, 27, 29, 30, 35, 37, 43 y 110.
*Ley de Protección al Consumidor D.S. 039-2000-ITINCI, artículos 7, 8, 9 y 10.
*Normas de la Publicidad en Defensa del Consumidor D.S. 039-2000- ITINCI,artículos4,10.
*Reglamento General de Establecimientos de Salud del Sub Sector No Público: D.S. 023-87-SA, artículos 8, 4 y 9.
*Código de Ética del Colegio Médico del Perú, artículo 13 y 41, inciso a).
*Reglamento de la Carrera Administrativa: D.S. 05-90-PCM, artículo 139.

El descontento y la denuncia de los transportistas

La Municipalidad Metropolitana de Lima, a través del Decreto de Alcaldía N° 176-2003, dispuso que los transportistas se sometan a un examen médico cada seis meses en los Hospitales de la Solidaridad, lo que ha motivado una serie de denuncias de empresas de transporte ante la Fiscalía y el Ministerio de Salud en contra del alcalde Luis Castañeda Lossio y de su director municipal de Transporte Urbano de la Municipalidad Metropolitana de Lima, Javier Baraybar Gutiérrez De la Fuente.

«Pretenden obligar a los choferes y cobradores a pasar un examen médico cada seis meses en el Hospital de la Solidaridad, planteándose exámenes como el reconocimiento del grupo sanguíneo cada seis meses, que no tiene ningún sentido, ya que el tipo de sangre es el mismo desde que nacemos hasta que dejamos de existir, por lo que consideramos este tipo de examen repetitivo y que va en perjuicio económico de los choferes y conductores», precisó Luis Mariño Fajardo, presidente de la Central Unitaria de Transportistas de Lima.

De otro lado, denunció también que los servicios se brindan en condiciones inadecuadas, en autobuses siniestrados que han sido adaptados como consultorios ambulatorios, violando las mínimas y elementales normas que regulan los estándares de calidad en la atención médica, atentando de esta manera contra los derechos de los choferes y cobradores que «se están atendiendo obligados por la arbitrariedad de la norma, cuyos pagos son excesivos, con el único propósito de que la Municipalidad Metropolitana de Lima se lucre imponiendo precios superiores a cualquier tarifa legal que cobran los hospitales de salud por estos servicios.

Opinion

Observaciones de la AMP

En noviembre del 2003 se promulgó en el Diario El Peruano el D.A. N° 176-2003, que impone requisitos para los choferes, choferes-cobradores y cobradores del transporte público de Lima. La Asociación Médica Peruana ha presentado una seria objeción, exigiendo su derogatoria hasta que se subsanen los cuestionamientos de la profesión médica y que resumida-mente presentamos:

1.-El examen médico obligatorio cada seis meses incluye, según la norma, examen de la agudeza visual y daltonismo, examen médico dirigido (sic), examen psicológico, odonto-grama y grupo sanguíneo y RH. La AMP objeta la periodicidad de este tipo de examen. Es innecesario repetir el grupo sanguíneo y RH, el odontograma y el examen psicológico, que permite ajustar la personalidad a un puesto. Cualquier desajuste de la personalidad normal requiere de un examen psiquiátrico. No se comprende aquello de examen médico dirigido.

La AMP exige coherencia entre la finalidad del examen y las carac-terísticas y componentes del mismo. Es decir, qué se busca y con qué medios. El D.C 176-2003 no aporta nada.

Repetir ese examen cada seis meses es innecesario, es un engaño a la ciudadanía, dándole la falsa seguridad de contar con choferes y cobradores sanos.

2.-El examen se realiza en las «clínicas» llamadas de la solidaridad, es decir, en los medibuses y carpas. La AMP objeta el funcionamiento de estas clínicas, que no reúnen los mínimos estándares de calidad y ponen en riesgo la vida y la salud de los pacientes con una exposición innecesaria al peligro. Además, los peligros de irradiación por rayos X y problemas de bioseguridad, por hacinamiento y eliminación de desechos. Las soluciones que se aplican en situaciones catastróficas y de desastres no pueden convertirse en perma-nentes, con el pretexto de la atención de la población más pobre.

3.-Más de 70 mil choferes deben pasar el examen médico en 45 días: 2,500 exámenes por día, a un costo de 22 soles. Las tremendas colas para pasar un examen de 2.5 minutos, que incluye grupo sanguíneo y RH, en lugares inapropiados, y que no sirve para nada, nos lleva a preguntarnos sobre la verdadera intención. Multiplicar 22 soles por 80,000 cada seis meses no debe ser nada desagradable cuando se trata de dinero, ¿no?