Expreso

8 de Setiembre de 1994

Salud: la reforma (IV)

Herberth Cuba García

Ocupémonos del diseño de políticas claras de financiamiento en función de la realidad económica y las necesidades prioritarias.

 El diseño de reglas de juego claras así como políticas de financiamiento que garanticen el derecho a la salud, obligan al Estado a asumir su rol gestor y garante de la salud.

 Cuando eso no ocurre es cuando la propia población se organiza de múltiples formas para poder defender su salud, creando cajas de ayuda recíproca, seguros, beneficencias, asilos para gente pobre, ancianos, incapacitados y niños, clínicas privadas, consultorios particulares.

 Además, encuentra un adecuado caldo de cultivo la llamada «medicina alternativa», y se mantienen todavía vigorosas las medicinas folclóricas, tradicionales, etc.

 Ese legítimo afán de defender la salud individualmente trae consigo un sobredimensionamiento de costos y dudosa calidad de atención sanitaria, con el agravante de que el múltiple financiamiento genera problemas de gestión, evaluación y control de los servicios, con grave peligro para los usuarios.

 Es evidente que cada clase social encara y resuelve sus problemas de salud a su imagen y semejanza. Y como es evidente, dentro de una sociedad en la cual persisten tanto la opulencia como la pobreza, habrá también una patología de la opulencia y otra de la miseria. En tal sentido, la participación del Estado se hace imprescindible para diseñar políticas encaminadas a construir un sistema de salud solidario y equitativo.

 Es así que asistimos a múltiples discusiones, terribles desafíos, increíbles teorías, que intentan la reforma del sector Salud aunque, obviamente, desde el punto de vista de los diversos intereses en pugna dentro del proceso de la totalidad de las acciones que emprenden los diversos actores sociales en resguardo de la salud en forma coordinada, integrada, democratizada, y sobre todo asegurando accesibilidad, libre elegibilidad y cobertura universal.

 Cuando se habla generalizando, muchas veces el problema se resuelve en el escritorio; pero cuando hablamos en el terreno de la práctica, el hecho se toma difícil y laborioso.

INSTITUCIONES SANITARIAS

De este modo.debemos considerar dentro de las instituciones sanitarias al Seguro para la Salud de las fuerzas armadas y policiales, a la Seguridad Social del Perú, al Seguro de los pescadores, a las cajas de ayuda recíproca de los obreros, a las diversas iglesias que se dedican a la labor sanitaria, a los municipios, a las diversas organizaciones no gubernamentales dedicadas a proyectos de salud, a los ministerios participantes en salud, al Ministerio de Salud, a todas las empresas privadas que tienen departamento, médicos propios para sus trabajadores, a los curanderos, shamanes, hueseros, brujos, comadronas, y a las organizaciones populares, como el vaso de leche, botiquines y comedores populares, etc.

 Toda esta gama de formas de organización para la salud representa al mismo número de intereses, que muchas veces se encuentran en pugna dentro del proceso de la salud, ya que son expresión de cada una de las clases y de los diversos estratos sociales del país.

 A pesar de que todos tienen el derecho de acudir a la organización sanitaria que prefieran, el deseo se convierte en frustración por las limitaciones económicas. Esta constatación hace de la reforma del sector una necesidad impostergable, con diseños claros de política sanitaria.

 La solidaridad significa que  el que más tiene subvenciona al que no tiene, y que la calidad de la atención debería ser igual para todos. Esto supone que, entre las diversas organizaciones sanitarias ya descritas, debería existir vasos comunicantes que funcionasen articuladamente y con un flujo de recursos suficientes.

 Las organizaciones dedicadas a la prestación de servicios de salud, responden a múltiples formas de financiamiento (estatal, privado, mixto, cooperativo, autogestionario, municipal, comunal, etc.), dando origen a diferentes formas de organización sanitaria:

- El Estado en exclusividad: socialización del gasto en salud.
- Los usuarios. Libre mercado.
- Los usuarios y los usuarios potenciales. Solidario.
- La trilogía social. Seguros.
- Cooperativo y municipal. Parcialmente socializado.

 No existe una relación directa entre la forma de financiamiento sanitario y los modelos macroeconómicos, ya que, así como la coexistencia de todas las formas de financiamiento configura la economía de mercado, de la misma manera, la preponderancia o la exclusividad de una de ellas trae consigo igual resultado. Es ilustrativo resaltar que el financiamiento puramente estatal que significa la socialización del gasto en salud no necesariamente es signo inequívoco de la socialización de la sociedad en su conjunto.

 Existen países con economía de mercado que han socializado el financiamiento sanitario, como Inglaterra, Suecia, etc.

 Lo que sí debe analizarse es cuán rentable es una u otra forma de financiamiento y cómo poder organizar mejor el financiamiento en nuestro país, siendo éste el gran reto de la reforma, habida cuenta que existen países que consumen enormes recursos económicos con resultados sanitarios realmente desastrosos.           


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