Expreso

7 de Julio del 2003

DEBATE MÉDICO

Fortalezas y oportunidades del nuevo ministro de Salud

Herberth Cuba García

 Hace algunos días juramentó el nuevo ministro de Salud, y esto ha generado expectativas justificadas para reorientar el sector Salud, ya que se trata de un profesional independiente, con reconocida trayectoria en la izquierda peruana, que se ha venido desempeñando como decano nacional del Colegio Médico del Perú. Además, a inicios de la década pasada, fue presidente del gremio médico de EsSalud.

El liderazgo político del nuevo ministro, ejercido a través del Colegio Médico del Perú y sus Consejos Regionales, los cuales concuerdan con cada uno dé los departamentos del Perú, le dan una base social que aporta en el sostenimiento de la gobernabilidad. De otro lado, por su trayectoria como médico gremialista de izquierda se ha rodeado de técnicos, que hoy se encuentran en el Colegió Médico del Perú a los que bien podría convocar.

El ministro de Salud tiene la gran oportunidad y la base social para profundizar el proceso de descentralización, aunque deberá sortear una serie de obstáculos que su predecesor ha dejado pendientes, por ejemplo: corregir los niveles y la amplitud de la participación social y solucionar los conflictos por la exclusión de importantes sectores de la sociedad civil, como las ONG.

Será necesario tratar de obtener un resultado po­sitivo del enorme conflicto, con ribetes de escándalo, creado por un asesor renunciante del ministro anterior, las ONG y e) propio ministro. Además, es preciso rediseñar la imposición de un Consejo Nacional de Salud burocrático, elitista y utópico, logrando una adecuada participación de la sociedad civil, y en su lugar, crear democráticamente un Consejo Nacional de la Seguridad Social que proyecte la meta de la universalización progresiva de la seguridad social universal como visión compartida. La descentralización en el Perú debe servir como vehículo para fortalecer la democracia y la gobernabilidad, además de mejorar la eficacia y eficiencia del Esttado y la participación social.

Otro tema pendiente es el debate estéril, por casi dos años, con relación al uso de los métodos anticonceptivos. Aunque parezca increíble, no se ha debatido la política de la población y menos aspectos demográficos en relación al desarrollo social. Peor aun, el debate se ha centrado en si el Estado debe subsidiar un método anticonceptivo adicional: la anticoncepción de emergencia. La discusión giró en torno a la prioridad del gasto del Estado en el subsidio de los anticonceptivos.

Los derechos sexuales y reproductivos no estaban en juego, pues en nuestro país, estos derechos son reconocidos legalmente, y han sido ratificados con la rúbrica del gobierno en compromisos internacionales. Sin embargo, se trataba de saber lo que el Estado debe subsidiar para que toda la población pueda hacerlos efectivos. Por ejemplo: la anticoncepción de emergencia en el Perú es licita, y cualquier ciudadano puede adquirirla de las farmacias. Aunque la población pobre queda excluida del usufructo de ese derecho.

El Colegio Médico del Perú, bajo la batuta del hoy ministro, ya se ha pronunciado positivamente al respecto, por ello, es de esperar que el Ministerio de Salud resuelva la gran controversia, sin lesionar susceptibilidades.

El proceso de reforma de la salud en el Perú necesita ser repensado y rediseñado para conseguir la seguridad social universal, que todo el país anhela. Por ejemplo, se han dado una serie de normas que han centralizado aun más al Ministerio de Salud, han quitado autonomía a los hospitales y han creado una serie de obstáculos al desarrollo de la salud: Las normas dadas han burocratizado y perjudicado la atención médica, así tenemos: en las emergencias, en la prescripción de medicamentos; han fomentado el caos en la atención hospitalaria por la disputa de las competencias entre profesionales de la salud, y lo que es peor aun, los hospitales se encuentran en colapso total por falta de mantenimiento, renovación de equipos, insumos e infraestructura, etc.

El nuevo ministro de Salud, tiene él gran reto de aprovechar todas sus fortalezas, apoyarse en la base social que lo respalda, en los técnicos que lo rodean, en su conocimiento del sector, y en su formación política que le permitirá una adecuación pragmática con un gabinete que cree firmemente en la economía de mercado. La coherencia del gabinete ministerial es esencial para el logro de los objetivos de gobierno.

El nuevo ministro del sector deberá afinar sus lineamientos de salud a los lineamientos que imprima la presidenta del Consejo de Ministros. La Premier liberal con el ministro de Salud socialista deberán dar a luz en el Perú al liberalismo socialista, tan en boga en Europa.

*ASOCIACIÓN médica peruana


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