Expreso

5 de Mayo del 2003

Mundo Médico

SOAT: ¿Avance o retroceso?

Herberth Cuba García

 En el mes de enero, el ministro de Salud, Fernando Carbone, declaró que aplicará un descuento muy significativo al tarifario de los hospitales públicos y postas médicas del ministerio de Salud que brindan atención al Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT). Reconoció asimismo que el ministerio no puede trabajar con tarifas subsidiadas. Sin embargo, se ha promulgado dos rebajas del tarifario, aunque las aseguradoras exigen más.

¿Reconoce el ministro de Salud que se equivocó al promulgar el tarifario inicial, o es víctima de una fuerte presión por parte de las compañías aseguradoras? Es normal que las tarifas cubran tos costos reales de atención médica y además generen una uti­lidad con la finalidad de mejorar la calidad de atención de los pacientes. Esto se logra con mejores equipos y suministros y con un ade­cuado desarrollo de la fuerza laboral.

El Seguro Obligatorio de Accidentes de Transito (SOAT) tiene tres actores principales con intereses divergentes. Las compañías aseguradoras, que ya han cobrado por adelantado, en un proceso obligatorio cuyo último plazo fue el mes de diciembre y como es evidente desean que ningún asegurado haga uso del seguro y de hacerlo se haga al mínimo precio. De esa manera aseguran su rentabilidad. Los hospitales públicos, privados y mixtos, que en legítima competencia desean hacerse de tos pacientes victimas de accidentes de tránsito, con el afán de obtener ganancias, cobrándoles luego a las aseguradoras, para mantenerse como hospitales y de ser el caso crecer. Y finalmente los pacientes, cada vez más informados, que desean y exigen una atención de calidad.

Las declaraciones del ministro de Salud demuestran que las aseguradoras desean atender a sus pacientes sólo en los hospitales públicos a tarifas subsidiadas. Si las tarifas del sector público son elevadas las aseguradoras tienen todo el derecho de llevar a sus pacientes accidentados a las clínicas privadas. Es legítimo suponer que la libre competencia debe premiar al que brinde mejor calidad al más bajo precio. Si el estado interviene el tarifario hacia abajo subsidiando con el dinero de todos los peruanos, no habrá la cantidad de dinero suficiente. para sufragar el subsidio, salvo, afectando otros rubros, impidiendo así la adecuada dotación hospitalaria y lo que es más grave aun a costa de la calidad de la atención médica.

El ciudadano, potencial paciente, observa entre la espada y la pared el conflicto de intereses entre las aseguradoras con el Ministro de Salud. Si el Estado baja el tarifario, y subsidia a las aseguradoras, significa menos fondos para los hospitales, menos equipos, capacitación y por lo tanto disminución de la calidad de la atención médica. Por otro lado si se permite que suban las primas que cobran las aseguradoras, una vez más pagan los pacientes.

Estas contramarchas realizadas por el ministro de Salud cuando las reglas de juego estaban ya dadas en el mes de diciembre del 2002, y sobre todo cuando su propio sector ha cumplido un rol activo al definir el tarifario de atenciones en los hospitales del Ministerio de Salud, modifican y generan inestabilidad y dan malas señales tanto a las aseguradoras como a los usuarios. La confianza que necesita una política de aseguramiento en un sector tan variado , y complejo que involucra unos 220,000 vehículos aproximadamente, es una vez mas afectada, generando una sensación compulsiva y arbitraria por parte del Estado

E) avance logrado en el establecimiento obligatorio del SOAT se basa en el equilibrio entre los prestadores de tos servicios de salud, los financistas (aseguradoras) y también en las necesidades y deseos de lo ciudadanos, potenciales pacientes, además de reglas claras y estables. Generar expectativas de subsidio estatal significaría la tergiversación del sistema y un retroceso con graves consecuencias para el país.

(*) directivo de la
asociación
MÉDICA PERUANA


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